Otro paso importante es la lectura, aunque sea una lectura rápida, de artículos científicos escritos originalmente en inglés sobre temas pertinentes a la misma área de estudios. Esto es fundamental porque cada campo de conocimiento escribe de una manera diferente: frases más o menos cortas, palabras específicas, términos indispensables, etc. La mejor manera de conocer esa dinámica es leer artículos de cada área.
El proceso de traducción en sí implica lectura, investigación y reescritura. El traductor trabajará frase por frase, adaptando las palabras del texto original a lo que se esperaría de un texto en lengua inglesa. Una vez finalizada la traducción, el autor debe releer el texto para verificar si todo está en orden , si los términos utilizados tienen coherencia y consistencia etc.