El software es un programa que ejecutamos en nuestros dispositivos, ya sean ordenadores o teléfonos móviles. Van desde los sistemas operativos, como Windows o Linux, hasta los programas que usamos todos los días, como Word o Excel, e incluyen también nuestras aplicaciones favoritas, como Instagram, Facebook y otros.
Para que estos softwares sean utilizados, ellos necesitan ser traducidos.
En su gran mayoría, estos programas se desarrollan en inglés, ya que se crean en países en los que este es el idioma nativo. Además, incluso si un software se desarrolla, por ejemplo, en portugués, debe traducirse al inglés para ganar visibilidad internacional – es esa vieja historia: el inglés es la lengua de la globalización.
La traducción de software es muy técnica y bastante peculiar.
En softwares, el texto no cuenta con mucha «disertación»: se trata, mayoritariamente, de comandos, ventanas, menús. Pocos textos corridos, con contexto, frases largas o mucha interpretación. Esa es la mayor diferencia de la traducción de software para la traducción de otros tipos de textos técnicos, como artículos o manuales. Cuando el texto es más rico, como una disertación, hay más espacio para la interpretación del traductor. Ya en la traducción de softwares, el profesional tendrá que encontrar aquella palabra exacta para traducir los conceptos presentados allí.